sábado, 13 de noviembre de 2010

Cámara de la Computadora: Amor en el Aire. Una familia.

Foto tomada con la cámara de la computadora el 29 de agosto del 2009. Departamento de la Colonia Oriente, Puerto Peñasco. Días despues dejamos ese departamento (el 5 de septiembre). En realidad nos tomamos una serie de fotos y video probando la cámara de la computadora. Rut Emmanuelle cumplió ese día 11 MESES de nacida.
-Un recuerdo Familiar-

lunes, 27 de septiembre de 2010

Rut Emmanuelle, mi niña de nudos.


A las 6 a.m. "¡Feliz Cumpleaños Rut! Hoy cumples 2 años."

sábado, 25 de septiembre de 2010

Niñas en casa

Rut Emmanuelle, mi compañerita, mi amiga.
Foto del 26 de abril 2010.

viernes, 24 de septiembre de 2010

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tres regalos

(martes, 21 de septiembre 2010)


martes, 13 de abril de 2010

Justo en el corazón de Caborca


Justo en el corazón de Caborca hay un jardín que fue sembrado a partir de 1953 por mis abuelos maternos: María Jesús Méndez Legliú (1900-1981) y Rodrigo Nogales León (1907-1977). 

Tiene un árbol que da las mandarinas más sabrosas de mundo, además muchos naranjos, dos moras, sábila y más ramajes que están sosteniendo los recuerdos de una familia. Lo más bello e insuperable que tiene son sus bugambilias de varios colores, flores que si bien no despiden aroma sí otorgan las historias de nuestras vidas: la de mis abuelos, mis tíos, los 18 nietos, los amigos y ahora de los bisnietos. En esas flores absorbo las risas, los llantos, las celebraciones, las tragedias, el amor, el desencanto, las ilusiones, las fiestas, los juegos infantiles ("el bote robado", "el 18", "el hombre sin cabeza", "el stop", "la bebeleche"...), en sus colores están adheridas mis ausencias y la profundad de mi vida.

Hace 14 meses que no estaba en ese jardín, que para mí es el paraíso y del que sin ser un ángel un día fui expulsada. Pero mis abuelos y sus escencias me invitan a recibir sus inmensos cariños. Allí estuve el domingo, me traje lo que me hace falta para vivir y les dejé lo que necesitan para seguir presente en el jardín que milagrosamente existe aun en el corazón de Caborca.