domingo, 4 de enero de 2015

La noche pasada es la más larga de mi calendario

Ritual, abrir la caja del recuerdo, 26 años de ausencias, estudiando el lenguaje del corazón, descifrando aquellas largas miradas. Apreciar cada objeto, un encendedor negro (que aún prende), un par de pantunflas de piel, la chamarra negra, un cuadro que nos regalamos la misma imagen el mismo día, el pañuelo de papel que guarda su última lágrima, cartas, notificaciones de las universidades, fotografías, planes, sueños, tanto objetos recopilados como vida desbordada: Abrir la caja, vivir la nostalgia. Seleccionar las canciones que se convirtieron en su himno. El recuerdo intacto nos hace seguir, cada quien en su propia dimensión, en su propia realidad.

La noche pasada es la más larga de mi calendario, se repite una y otra vez, recorro las horas, los minutos, el llamado por la ventana, la puerta, el teléfono sin cesar. Sería ingrato olvidar, no hay lugar para el olvido, el tiempo acomoda todo, repite el ritual y abro la caja del recuerdo en su momento, en su memoria. Con el tiempo he aprendido un poco del diálogo de la vida, de la ausencia, del no retorno, mis manos tocan las frías tumbas con la calidez de la esperanza. Ser amiga es cuestión de un para siempre, es asunto de una eternidad. Aquí estoy, frente a la caja del recuerdo, ya han pasado 26 años.

In memoriam: Juan Carlos Preciado Galaz, que partió a sus 19 años el miércoles, 4 de enero de 1989 alrededor de las 20 horas.

(Foto: Chamarra negra de su propiedad. La importancia de una prenda.)