jueves, 27 de noviembre de 2014

Es todo lo que somos.

La vida va quedando atrás, se desvanecen los sueños, los planes no retoman, el tiempo avanza, siempre avanza. La vida nos va llevando en su tic tac. El misterio de todo, el misterio de las noches tan oscuras, tan frías. La espera, se pasa la vida. La espera, el tren que siempre pasa. Nada se detiene, un día, una noche, otro día, otra noche, el tren de la mañana, el tren de la madrugada. La vida quedando atrás a rebanadas por eso no me detengo donde no debo, no siembran en mí comentarios inútiles, no hay tiempo para lo absurdo, lo soez, no estoy jugando con la historia entre mis manos, la estoy dejando que vaya quedando atrás. Las noches, el árbol triste, el árbol que se fue, el árbol que nace, el árbol caído que se hizo leña, pero hubo un árbol. La vida, sus bemoles, sus caminos. Somos tiempo, somos todo, somos tanto. Alguien tiene que estar consciente, sobrio, en equilibrio. Alguien tiene que mantener los brazos extendidos, las pupilas serenas, la palabra justa, alguien tiene que ser coherente. El sentido. La verdad. La pureza. La belleza. El amor. El silencio. El arte. El mayor de los regalos: un corazón latiendo. La vida, mi vida que se envuelve, que avanza, que no retoma, que se va quedando atrás. Buenas noches.



12:17 a.m. pasando al jueves 27 de noviembre del 2014. En la medianoche de un día de otoño. Es todo lo que somos.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Alguien

Alguien tiene que velar. Alguien tiene que esperar. Vigilar que el farol siga encendido, que el fuego no amaine. Alguien tiene que tomar la vida en serio, no estar protestando a unas horas, divertirse como palomitas en ollas con mantequilla minutos después. Alguien tiene que esperar el amanecer, despedir las estrellas, platicar con la luna. Alguien tiene que esperar a los que vienen en el camino, despedir a los que se van. Como piedra. Como hierro. Como un alma perenne. Alguien.

[Entrando al dos de noviembre. 12:43 pasando medianoche]