sábado, 2 de abril de 2016

En el puerto somos testigos

El tren de las once, el tren de regreso, ese que lleva anhelos de reencontrar lo perdido, el que regresa a los sin esperanzas a sus terruños, a los brazos de sus madres, de sus hijos; el tren de las once, que lleva más desamparados a los que un día partieron pero que recibirán el pago más grande: el amor de los que esperan.
En el puerto somos testigos de los que van de paso siempre, esperando un día retomar el tren que nos hizo llegar. A dos días de abril, 2016.