sábado, 3 de octubre de 2015

Confiemos esta noche, la Divina Providencia resolverá.

Terminando el día con su jornada. Cerca de la media noche los aires están recorriendo estos mares cercanos, las aves nocturnas van emigrando al verano del sur terrestre. Fueron largas las horas. Hubo avances. En otras partes el cielo revoloteado hizo lo suyo, aquí trajo tiempo fresco, tiempo de tregua ... así, cuando se avecinan los finales de paz, velas, champurro, tamal. Constancia en los cambios, nada permanece. Un día con tres del mes diez del año que se va. Descansar entonces unas horas para continuar porque el corazón como la vida no tiene tregua, se transforma en el siempre. Buenas noches; lo seguro es de que el astro regresará con su promesa eterna. Antes de caminar hacia mi habitación imagino ese momento cuando estiro mi cuerpo, siento la dicha y el sueño se apodera de lo que soy. Confiemos esta noche, la Divina Providencia resolverá. Y mañana, será el otro día con todo sus bemoles. La vida.
[Sábado, 3 de octubre 2015 a las 11:35 de la noche del ruido mar en mi ventana de este puerto]