miércoles, 27 de mayo de 2015

36, estuvimos treinta y seis en este cinemartes 93

36, estuvimos treinta y seis en este cinemartes 93. Llegamos a casa pasando la medianoche, el cielo que nos contempló es uno de los más hermosos que he visto en mucho tiempo, tal vez desde mis tiempos del Sonoyta ranchito de papá. Noche magia. La luna se baña en el mar entre colores azules por supuesto marinos. Es demasiado para lo que mis ojos soportan. Belleza acorralada, desprotegida. Ocho documentales fueron pretexto para volvernos a ver en el desierto; la ordinaria felicidad que entregan los realizadores, lo involuntario. Mi espíritu satisfecho trasciende entonces estos matices de noche, de hermosa noche, de esas noches sublimes, como la noche de paz, la noche de amor pero a finales de mayo, con la estrella de David guiando a los reyes, dando noticias a los pastores. Aquí estamos, esto es, sin duda, la primera piedra, el paraíso, el arché, el primer motor. La montaña sagrada: donde fueron expulsados aquellos, los primeros, los que fuimos desde entonces. Se avecina el 27 del quinto mes de tantos años, viene el aullido de los perros, el camino en tren con eternos pasajeros. Seamos universo mientras la respiración perdure. Buenas noches.