viernes, 12 de octubre de 2007

NeverLand

Te sentaste. Te vi. Recogiste mis pedazos, miles y los empezaste a unir. Te dije que no lo intentaras, que nunca es lo mismo. No hiciste caso. Reconstruiste. Me dijiste que Dios tardaría más, que tú harías tu parte. Me dejaste así. Parca. Ondulada. Marcada. Pegada. Cristal. Te fuiste. Volverás. Esperaré. Dios vendrá algún día. Mi tiempo no es su tiempo. Eternidad. Mientras tanto tú en ese barco, por grandes mares de notas musicales, imágenes que sí tienen colores. Yo en blanco y negro. Él o tú volverán.