domingo, 7 de octubre de 2007

Hace 14 meses

Hace catorce meses detuve mi respiración por un minuto y regresó el aire a mi vida cuando Dios le dio la suya a David Salomón, un lunes a las 4:25 a.m. En esos segundos se detuvo el universo y después, justo después de su prudente llanto sonaron las campanas, la música perfecta, el amor y surgió la vida para los tres. Nació una familia. Nació un amor entrañable. Entonces, hasta entonces, conocí la palabra hijo. Feliz día David Salomón. Este amor será eterno, ya no hay eslabón que se rompa. Para siempre tu mamá. Gracias por elegirme. Gracias por darme la oportunidad de servirte.